La lista de la compra

¿A quién no le ha pasado eso de ir a hacer la compra y olvidar tres o cuatro productos que realmente te hacían falta? Y, además, vuelves a casa con varias otras cosas de las que podrías (o incluso deberías) prescindir.
La solución es muy fácil: hay que hacer una lista. Pero no una lista cualquiera, sino una lista planificada.
Para planificar esa lista, hay que comenzar por planear el menú de la semana, pensando en desayuno, comida, merienda y cena y en la cantidad de personas que habrá en cada momento.
Ten en cuenta las veces que vas a cocinar carne o pescado y apunta las raciones que has de comprar de cada clase, así como los ingredientes que necesitarás para cocinarlos.
Consume alimentos de temporada: son más frescos y más económicos.
Puedes repartir la compra en tres ocasiones semanales, para que no se estropee la comida que no hayas usado en alguna ocasión en que tenías previsto. Además, ten en cuenta que esa ración que no has utilizado no has de comprarla después porque ya la tienes.
Haz la compra sin hambre. Eso evitará el impulso de coger snacks o aperitivos que no son nada beneficiosos para tu organismo.
Intenta no ir a comprar con niños, ya que suele ocurrir que en la cesta de la compra acaban productos que para nada tenías pensado coger. Pueden acompañarte a comprar carne, pescado o fruta, que les resultará más entretenido y menos tentador.
También es importante tener un presupuesto semanal para la compra, lo que nos evitará derroches innecesarios y nos enseñará a aprovechar más lo que aún tenemos en la nevera o en los armarios.
Un consejo final: ten a mano un block de notas y un boli, para que puedas anotar lo que necesitas en el momento en que te das cuenta, para luego no olvidarlo.
Los más tecnológicos pueden recurrir a las Apps para el móvil, para llevar siempre la lista de la compra a mano.