Cómo guardar la ropa de invierno
21 de mayo de 2014
Llega el calorcito y llega la hora de guardar los abrigos, los jerseys, …., toda esa ropa de abrigo que ya no te vas a poner en unos cuantos días.
Para guardarlos convenientemente, lo primero que hay que hacer el lavarlo todo. Hay que guardarlo bien limpio, para evitar malos olores cuando volvamos a echar mano de ellos.
Vigila que las cajas y armarios donde vayas a guardar las cosas estén muy limpios también.
Las prendas que no puedas lavar en casa, como mantas o edredones, llévalas a la tintorería.
Para almacenar, utiliza fundas de plásticos. Son lo más efectivo contra las polillas. Coloca, no obstante, productos especiales para ahuyentarlas. Más vale prevenir que encontrar sorpresas después.
Para abrigos de piel, usa mejor las bolsas portatrajes de tela y cuélgalos en perchas. Y si se trata de ropa de cama, como mantas y sábanas, es mejor conservarla en bolsas de algodón.
Si dispones de poco espacio, dobla la ropa con cuidado y colócala en cajas, baúles o maletas. Atiende especialmente ese doblado, para evitar marcas difíciles de eliminar en el futuro.
Las botas y zapatos de invierno puedes guardarlos, bien limpios, en sus cajas originales.
También puedes dedicar una caja sólo para los complementos, como bufandas, guantes, gorros, …
Y si tienes alfombras, guárdalas, después de limpiarlas, enrolladas y tendidas en el suelo para evitar que se deformen.
Para guardarlos convenientemente, lo primero que hay que hacer el lavarlo todo. Hay que guardarlo bien limpio, para evitar malos olores cuando volvamos a echar mano de ellos.
Vigila que las cajas y armarios donde vayas a guardar las cosas estén muy limpios también.
Las prendas que no puedas lavar en casa, como mantas o edredones, llévalas a la tintorería.
Para almacenar, utiliza fundas de plásticos. Son lo más efectivo contra las polillas. Coloca, no obstante, productos especiales para ahuyentarlas. Más vale prevenir que encontrar sorpresas después.
Para abrigos de piel, usa mejor las bolsas portatrajes de tela y cuélgalos en perchas. Y si se trata de ropa de cama, como mantas y sábanas, es mejor conservarla en bolsas de algodón.
Si dispones de poco espacio, dobla la ropa con cuidado y colócala en cajas, baúles o maletas. Atiende especialmente ese doblado, para evitar marcas difíciles de eliminar en el futuro.
Las botas y zapatos de invierno puedes guardarlos, bien limpios, en sus cajas originales.
También puedes dedicar una caja sólo para los complementos, como bufandas, guantes, gorros, …
Y si tienes alfombras, guárdalas, después de limpiarlas, enrolladas y tendidas en el suelo para evitar que se deformen.